13 Sep La importancia de diseñar una estrategia de comunicación para sensibilizar contra el fraude financiero en Europa
Para prevenir cualquier acción fraudulenta contra los intereses financieros europeos, los Estados miembros ya cuentan con su órgano de vigilancia, la OLAF.
No obstante, esta prevención y lucha contra el fraude no funcionarían con la misma eficacia sin el establecimiento de redes de comunicación entre la oficina antifraude europea y los organismos de supervisión e investigación de cada país con los que existe cooperación.
Esto es, precisamente, el trabajo que se coordina bajo las siglas OAFCN (OLAF Anti-Fraud Communicators Network) en el contexto de la estrategia de comunicación externa e independiente que ha desarrollado esta oficina europea.
Y todo ello con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de proteger los intereses financieros de los Estados miembros y que conozcan las consecuencias para el contribuyente de este tipo de irregularidades.
Así, en el marco de un diálogo permanente entre la unidad de comunicación externa de la Oficina y sus homólogos de los servicios nacionales, las principales líneas estratégicas pasan por informar a los ciudadanos europeos de lo que la OLAF y sus socios en los Estados miembros están haciendo tanto conjunta como individualmente con el fin de proteger sus intereses financieros.
Esto incluye una relación fluida y transparente con los medios de comunicación, así como un trabajo de concienciación a través de campañas específicas sobre la necesidad de desarrollar un programa de lucha contra el fraude global, equilibrado y eficaz en todo el territorio de la Unión Europea.
La idea es transmitir a la sociedad que todas las posibles formas de fraude a los intereses financieros de la Comunidad, la evasión fiscal o la vulneración de cualquier otro extremo del presupuesto europeo con el uso indebido de los recursos facilitados por la Comunidad, implica una pérdida real e importante para los contribuyentes europeos.
Por tanto, la OAFCN intenta añadir valor al trabajo de los servicios de investigación nacionales y poner de relieve no sólo el trabajo realizado en los distintos Estados miembros, sino también la labor que desarrolla la comunidad internacional en la lucha contra el fraude.
Es, en definitiva, el ejemplo de cooperación entre administraciones en el ámbito de acciones de comunicación.