26 Sep ¿Cómo es el blanqueo en las series de éxito? Ozark
«El dinero no es sinónimo de tranquilidad. No es sinónimo de felicidad. El dinero es, en esencia, el resultado de nuestras elecciones»
Con ciertas reminiscencias de la mítica Breaking Bad, esta nueva serie dramática para televisión de la estadounidense Netflix ha estrenado su primera temporada en julio 2017 y toma su nombre de la zona donde se desarrolla en la región montañosa de Ozark, estado de Missouri.
El actor Jason Bateman da vida al protagonista, Marty Byrde, un asesor financiero con una misión nada tranquila y convencional: blanquear en cinco años 500 millones de dólares procedentes del segundo cartel más poderoso de México.
A lo largo de los 10 capítulos que componen la primera temporada –ya se ha confirmado que habrá segunda-, Byrde trata de resolver esta situación con la que se encuentra después de que su socio traicione al capo de la droga que encabeza este cartel.
El primer paso es trasladarse con su familia (mujer y dos hijos adolescentes) a Ozark para ponerla a salvo y que todo aparente normalidad, con la promesa al capo traicionado de que le perdone la vida porque en esta tranquila localidad le va a poder blanquear mucho más dinero en menos tiempo sin levantar sospecha.
Sin embargo, como reza cada inicio de capítulo «El dinero no es sinónimo de tranquilidad. No es sinónimo de felicidad. El dinero es, en esencia, el resultado de nuestras elecciones».
Con este hilo conductor de las acciones de todos los personajes, Marty hará de intermediario en Estados Unidos para conseguir, además de una buena conversión de dólares a pesos mexicanos, que a través del comercio este dinero se blanquee y los beneficios de la droga entren en México legalizados.
Así, y sin caer en el spoiler, su objetivo es “fagocitar” los decadentes negocios de la zona donde invertirá cantidades ingentes de dinero para lavarlo. Así es como se acerca a un bar en un complejo turístico, el Blue Cat Lodge, o al club nocturno También inicia la construcción de una iglesia para el predicador local y sus feligreses.
Lo que no sabe este hábil contable es que esos negocios arrastran sus propios problemas, que habrá una investigación por parte del FBI y que hay una red propia de distribución de estupefacientes.