¿Cómo es el blanqueo en el cine? El infiltrado

¿Cómo es el blanqueo en el cine? El infiltrado

‘El infiltrado’, película estadounidense que ha coincidido en el tiempo con la famosa serie del canal de televisión Netflix ‘Narcos’, tiene en común que cuenta cómo fue el narcotráfico desde Colombia a Estados Unidos asociado a la figura de Pablo Escobar.

Estrenada en nuestro país a finales de 2016, no pasará a la historia del cine por sus excelentes críticas pero sí por recoger la historia real de cómo se blanqueaba el dinero negro procedente de la droga que el Cartel de Medellín con su ‘Patrón’, Pablo Escobar, introducía en Miami especialmente, en las décadas de los 80 y 90.

‘El infiltrado’, dirigida por Brad Furman, toma como punto de partida el libro de memorias de Robert Mazur, el agente de la Agencia Antidroga de EEUU (DEA) que pasó cinco años encubierto entre los narcos y fue conocido entre los banqueros por su alias de Bob Musella, un exitoso hombre de negocios sin escrúpulos conectado con las mafias del país.

El protagonista interpretado por Bryan Cranston, entendió que la mejor forma de llevar a cabo una importante operación antidroga no era seguir el cargamento sino, precisamente, seguir el rastro en paraísos fiscales y entidades bancarias del dinero que generaba la venta y que podía ascender a unos dos trillones de dólares al año.

El agente, con la ayuda de otro efectivo de la calle, Emir Abreu (John Leguizamo), y Kathy Ertz (Diane Kruger), otra agente que se hace pasar por su novia llegó hasta el lugarteniente de Escobar, Roberto Alcaino (Benjamin Bratt). También contactó con quien él quería, con Gerardo Moncada, mano derecha del Capo.

Consiguió infiltrarse en el Cartel una vez que en el papel de Musella pudo poner en práctica la coordinación de transferencias. Pronto empezó a lavar sus ingentes cantidades de dinero que Pablo Escobar haría en sus comienzos, según la serie ‘Narcos’, a través de un negocio con cuatro taxis y más tarde, comprando propiedades y obras de arte.

Así, el agente de la DEA descubrió el papel fundamental que jugaron entidades en Suiza, así como el Bank of Credit and Commerce International (BCCI), uno de los principales bancos internacionales de la década de los 70 y 80 registrado en Luxemburgo que llegó a operar en 78 países, con más de 400 sucursales y un activo superior a 2 billones de dólares.

Como consecuencia de esta operación, el BCCI quebró en 1991 tras ser asociado al blanqueo de dinero procedente del Cartel de Medellín y del General Noriega en Panamá.