04 Oct 20 años de trabajo en favor de la transparencia internacional
En 1993, Peter Eigen acaba de retirarse del Banco Mundial donde ha desempeñado su trabajo como alto funcionario dirigiendo el desarrollo de programas en la Misión de Africa, entre otras competencias.
Sensibilizado por las consecuencias negativas de la corrupción en el desarrollo económico, decide crear la ONG Transparencia Internacional (TI). En el mes de febrero de ese año 1993, Eigen junto a un grupo de 20 “aliados” de una docena de países se reúnen en La Haya, donde aprueban el documento fundacional y fijan su secretaría internacional en Berlín.
El objetivo de esta organización que actúa a nivel mundial, es combatir la corrupción de manera conjunta, implicando a sociedad civil, sector privado y gobiernos.
Para entender la evolución desde su nacimiento hace 20 años, hay que remontarse a un contexto internacional donde la corrupción era un tema tabú y el soborno estaba prácticamente incorporado en las partidas de gastos de las empresas multinacionales. Muchos gobiernos miraban hacia otro lado y no existía ni un acuerdo global encaminado a frenar este tipo de comportamientos ni tampoco forma de medirlo.
En este tiempo, el avance ha sido significativo.
Sobornos, abusos de poder, licitaciones públicas y acuerdos comerciales opacos han pasado a considerarse como cuestiones a abordar en el marco de una amenaza social a nivel mundial. Prueba de ello es, por ejemplo, el papel activo que toman la OCDE y la ONU para desarrollar iniciativas y elaborar herramientas contra este tipo de prácticas ilegales.
En esta transformación, mucho ha tenido que ver la continuada labor de TI que, con su presencia en más de 100 países, trata de comprender y enfrentar los dos rostros de la corrupción: quien corrompe y quien permite ser corrompido.
A nivel internacional, TI impulsa campañas de concienciación sobre los efectos de la corrupción, promueve la adopción de reformas políticas y está presente en la negociación de acuerdos internacionales sobre la materia. Además, actúa como grupo de presión ante gobiernos y empresas para que se implementen estos acuerdos y juega el papel de observador en ese proceso y sus posteriores resultados.